
El duelo migratorio después de las vacaciones es una de las experiencias más intensas para quienes viven en otro país. Volver a tu tierra, reencontrarte con tu familia y disfrutar de la calidez de lo conocido llena el corazón de alegría. Sin embargo, cuando se acerca el regreso, comienzan a aparecer emociones difíciles: nostalgia, tristeza y el dolor de la despedid
Quizás el momento más duro es decir adiós en el aeropuerto. Ver a tus seres queridos despidiéndose, mientras tú caminas con la maleta y la incertidumbre de no saber cuándo volverás, puede partirte el alma en dos. Esa sensación de vacío se mezcla con la añoranza y, al llegar de nuevo al país de acogida, es común que surja la pregunta:
¿Qué hago aquí?
En esos momentos es fundamental reconectar con el motivo que te impulsó a emigrar. Recordar tus logros, todo lo que has construido y las oportunidades que tu nuevo hogar te brinda. El duelo migratorio después de las vacaciones también se alivia al reconocer que no pierdes lo vivido en tu país de origen: las experiencias felices, las conversaciones, los abrazos y las memorias viajan contigo.
Algunas ideas para sobrellevar esta etapa son:
🌱 Agradecer lo compartido con tu familia y amigos.
🌱 Permitir que la tristeza se exprese sin juzgarla.
🌱 Crear rituales de cierre, como escribir una carta de gratitud o imprimir fotos del viaje.
🌱 Recordar que tu historia se construye en dos lugares: aquí y allá.
¡Abraza y agradece lo que tienes hoy aquí y allá!
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